Resumen:
Existen algunas patologías y trastornos en los cuales se presentan alteraciones en el ciclo circadiano. Específicamente en el Trastorno del Espectro Autista (TEA), dichas alteraciones se manifiestan por la presencia de trastornos de sueño, como retraso en el inicio del mismo y despertares nocturnos. En el estudio y comprensión de este tipo de condiciones se han utilizado modelos murinos, entre ellos la cepa C58/j, la cual reproduce algunas características conductuales del autismo de forma espontánea desde etapas tempranas.
La cepa C58/j se ha validado para el estudio de conductas repetitivas características del autismo, sin embargo, respecto a los trastornos de sueño y de ritmos circadianos, existe muy poca información, tal que, no se conoce la expresión de sus ritmos circadianos o su regulación a través del NSQ (Núcleo Supraquiasmático) y si pudiera tener alteraciones similares a las reportadas en humanos.
Los métodos clásicos para el análisis de los ritmos circadianos utilizan principalmente dos procedimientos: uno basado en el ajuste a una función coseno mediante mínimos cuadrados (el método de cosinor) y otro con base en la transformada rápida de Fourier (periodograma). Sin embargo, ambos métodos sólo proporcionan una descripción general de los ritmos, por lo que recientemente se ha utilizado el análisis espectral singular para realizar una caracterización detallada de su dinámica.