Resumen:
La presa Silva recibe descargas tanto municipales como agrícolas y de centenos de industrias de diversos giros, principalmente peleteras, desde hace varias décadas. Esto, aunado con la sedimentación de las partículas suspendidas en el vaso, ha provocado un fondo anóxico y altamente contaminado. La Comisión Nacional del Agua (CNA) ha decidido desviar las descargas de los escurrimientos.