Resumen:
Los temblores de Michoacán del 19 y 21 de septiembre de 1985 dieron un gran ímpetu en la sismología y a la ingeniería sísmica en México. La importancia de entender los fenómenos de generación de los grandes temblores, la propagación de las ondas sísmicas y el efecto de sitio en el movimiento del terreno quedó manifiesta a causa de los daños producidos por el terremoto del 19 de septiembre de 1985, especialmente en el Distrito Federal. Gracias a la disponibilidad de sismogramas de muy alta calidad obtenidos a distancias telesísmicas, así como acelerogramas digitales registrados en la zona epicentral a lo largo de la costa del Pacífico y en D.F.