Resumen:
Durante la antigüedad el mar fue un misterio y un reto a la vez para el hombre que vivía en sus orillas, misterio porque nada sabía, en un principio, de cómo, surcarlos ni que hallaría en él ni tampoco a donde los conduciría. De esta manera los pueblos ribereños, llegaron a idear embarcaciones, y con ellas, sin alejarse, demasiado de las costas. Fueron poniéndose en contacto con otros hombres y otras culturas, al mismo tiempo que surgía el comercio. Tal aconteció con los griegos, los fenicios, grandes navegantes del mediterráneo, mar donde nacieron y se fueron configurando los perfiles del mundo occidental.