Resumen:
La violencia implica siempre el uso de la fuerza para producir un daño y el uso de la fuerza nos remite al concepto de poder. Así, la violencia, en sus múltiples manifestaciones, siempre es una forma de ejercicio del poder mediante el empleo de la fuerza (ya sea física, económica, psicológica, política, etc) implicando siempre la existencia de un “arriba” o “superior” y “abajo” o “inferior”, ya sean reales o simbólicos que adoptan roles complementarios (padre-hijo, hombre-mujer, maestro-alumno, patrón-empleado, joven-viejo, etc).