Resumen:
El establecimiento de estándares suele implicar el establecimiento de determinados niveles de concentración ambiental para cada elemento contaminante, por ejemplo, una determinada cantidad de microgramos por metro cúbico o un porcentaje de oxígeno disuelto en el agua o un nivel de decibeles que no se debe de pasar. Es más probable que los estándares se establezcan con referencia a algún criterio de salud, por ejemplo un nivel de contaminante que no se debe de sobrepasar para que el agua sea potable.