Resumen:
El agua es elemento esencial para el consumo humano, los procesos de manufactura de artículos
industriales, la transformación de energía, la producción de alimentos y el adecuado estándar de salud. En
muchas partes del mundo, el agua es un importante medio de transporte y un factor significativo en las
actividades recreativas.
La irregular distribución espacial y temporal de la lluvia y escurrimiento de ríos ha propiciado que el
hombre enfrente dos extremos: las inundaciones y las sequías.
A lo largo de la historia se pueden encontrar en cualquier lugar del planeta períodos con un
régimen de precipitaciones inferior al normal. Hay acuerdo en la afirmación anterior, pero la discrepancia
surge al definir el umbral para establecer la escasez de precipitaciones como sequía meteorológica. Las
opiniones se dispersan aún más cuando se trata de predecir la tendencia climática del futuro y su relación
a nivel local o regional.
Descripción:
La identificación de períodos de escasez en la cuantía que deba ser
denominada sequía es directamente dependiente de la relación recurso disponible-demanda. En las zonas
donde no se han realizado obras de regulación o conducción, las sequías lo serán cuando las lluvias y
caudales naturales circulantes no satisfagan las demandas, y su frecuencia dependerá del régimen
meteorológico y sin duda del crecimiento de la demanda. En las zonas con infraestructura de regulación y/o
transporte los escenarios de sequía surgirán igualmente siempre que no se puedan satisfacer las
demandas con las reservas utilizables con dicha infraestructura. En este último caso las razones pueden
deberse a la aparición de periodos más severos que los previstos, pero también pueden ser causa la
existencia de demandas superiores a las que permiten los recursos disponibles o un error en el diseño de
las obras que pretenden ajustar los recursos a las demandas. A la postre, ambos casos tienen en común la
necesidad de afrontar situaciones de insuficiencia de recursos.