Resumen:
El residente de obra es el encargado de dar cumplimiento al programa de avance, calculando y solicitando oportunamente los recursos con que debe contar periódicamente para lograrlo, asignar las tareas al personal y verificar su cumplimiento; llevar el control de los costos, verificando que estén dentro de lo presupuestado, reportando a su superior las incidencias y el resultado de sus análisis; hacer la cuantificación de los avances para realizar la estimación (el cobro de lo ejecutado), armando los números generadores de obra para respaldar sus datos; resolver dudas al personal sobre materiales, procedimientos, niveles y dimensiones de lo que se construye; mantener orden y limpieza en su frente de trabajo y asegurarse de que el personal cuente y utilice correctamente el equipo de protección.
El supervisor de obra, también está encargado de lograr el cumplimiento del programa de avance contratado, de una manera preventiva más que correctiva; asegura la calidad ideal de los materiales, mano de obra y procedimientos, llevando un control de la completa documentación que prueba esto. Es el representante del propietario en la obra y tiene la facultad de avalar o modificar los avances que reporta el constructor para que se proceda a su pago. Es el enlace entre el constructor y los proyectistas, recibiendo y transmitiendo las dudas y las respuestas entre estos dos; certifica las condiciones seguras de trabajo de acuerdo con las normas establecidas. Recibe los trabajos ejecutados cuando están de acuerdo a lo pactado, pide las correcciones a los trabajos no satisfactorios y puede negar el pago a estos hasta que estén correctos.