Resumen:
El manejo de residuos generados por el hombre es motivo de una creciente preocupación a nivel mundial por los problemas de contaminación ambiental inherentes. Los contaminantes involucrados provienen de un amplio rango de fuentes, incluyendo los residuos domésticos, residuos altamente tóxicos de la industria química, residuos hospitalarios, entre otros.
La minimización de los desechos es la opción más deseable en la jerarquía del manejo de residuos. Sin embrago, aún con la implementación de todas las políticas y medidas tendientes a alcanzar este objetivo, se generarán algunos tipos de residuos que requerirán ser tratados mediante tecnologías apropiadas a sus características particulares. Con la finalidad de alcanzar altas tasas de reducción del volumen así como la destrucción de compuestos tóxicos, una de las tecnologías más ampliamente utilizadas es la incineración.
La incineración involucra el paso de los residuos a través de una cámara a altas temperaturas, con un adecuado suministro de oxígeno para oxidar toda la materia orgánica. Aunque muchas veces se considera a la incineración como un método de disposición final, realmente es un sistema de reducción de residuos con la ventaja de que en el proceso se logra la descomposición total de los compuestos orgánicos. Dicho proceso genera un residuo de cenizas inorgánicas que requieren ser dispuestas en un relleno sanitario. En general, la incineración es considerada como un método de tratamiento de desechos extremadamente efectivo con el cual se pueden tratar muchos tipos de desechos: líquidos, sólidos y gases, a menudo en combinación.