Resumen:
El sismo del 19 de septiembre de 1985 y su réplica del día siguiente produjeron en la Ciudad de México, y en algunas otras poblaciones, daños muy considerables, rebasando ampliamente lo que podría considerarse como daños aceptables.
Diversos grupos realizaron investigaciones tendientes a la cuantificación de daños en la Ciudad de México, desde distintos puntos de vista y objetivos. Desde luego, los datos obtenidos varían en función del tipo de daños que se consideró, que van desde daños menores en elementos no estructurales hasta colapso total de las construcciones.
A raíz de los sismos a que se hace mención y antes que empezaran a retirarse los escombros, se consideró importante la determinación del número de estructuras que habían sufrido daños graves, clasificándose éstos en las siguientes categorías.
Colapso total, cuando la edificación quedó prácticamente arrasada.
Colapso parcial, en aquellos casos en que se cayeron solamente partes de las construcciones, ya sea en pisos inferiores, intermedios o superiores, quedando el resto con o sin daños mayores, pero sin colapsar.
Inseguras, cuando las estructuras, aunque no mostraban colapsos, si tenían daños graves en elementos estructurales de los que dependen su estabilidad, como columnas, muros, trabes o losas, por lo que se recomendó su evacuación hasta decidir si era necesario demolerlas completamente o podían repararlas mediante una reestructuración adecuada. En algunos estudios los casos de colapso parcial y total se agruparon en una sola categoría.